About your woodcraft
© Ilkhi, 2019
Laura Barrachina - El trap como el punk también se domestican, y de contracultura y música contestataria pasan a formar parte de ese sistema: del capitalismo, el neoliberalismo que todo lo absorbe. ¿Eso ya está pasando con el trap?
Ernesto Castro - Sí. En el libro comento como tenemos una imagen muy mitificada de lo que es el punk, porque desde sus inicios el punk también tenía ese espíritu, si se quiere situacionista, donde toda revolución no se realiza desde fuera, sino desde las propias instituciones capitalistas, es decir, los Sex Pistols firmaron con EMI igual que PXXR GVNG firmaron con SONY, y la idea era hacer un troleo del sistema desde dentro. Eso era la pretensión que tuvieron tanto el punk como el trap. Entonces, en ese sentido, desde el comienzo estaba ese juego interno: hacer un détournement; por utilizar la categoría, insisto, de Guy Debord en su Social espectáculo (sic), hacer un giro interno al propio sistema, y desde el propio sistema es donde se pueden hacer los cambios. En ese sentido, yo creo que la posición de Yung Beef y la de C. Tangana pues no son tan distintas en ese punto concreto.
Ernesto Castro - ¿Por qué motivo colaborar con multinacionales en el ámbito musical te supone algún tipo de conflicto, y sin embargo, colaborar con instituciones también multinacionales en el ámbito de la moda, no?
Yung Beef - A mí el conflicto no me suponía de colaborar con las instituciones. Me da igual colaborar con SONY. No es una causa moral, una causa de eso, es una causa ya personal, como persona y de trato, y de decir: yo no voy a dar el control de mi carrera y de mi eso a ninguna institución. Yo colaboro con NIKE, colaboro con CALVIN KLEIN, colaboro con SONY, he colaborado ¿sabes? Incluso estoy abierto a colaborar, pero nunca estoy abierto a dar el control de mi carrera ¿sabes? ni de mi persona, ni de mi arte entre comillas. Es la diferencia: yo coger dinero y con libertad usar dinero. Para mí las marcas y eso son parte de la vida, son directamente personas. Una marca, sí, se ha creado un sistema para cubrirse el culo, pero básicamente detrás de cada marca hay una personalidad, una persona y una manera de ver la vida. Eso es el branding básicamente: darle una personalidad.
"Una de las consideraciones más interesantes en este contexto del alemán como idioma únicamente posible para que la filosofía se exprese, que es la tesis de Heidegger, pues esta tesis famosa está desmentida por Heidegger. Heidegger parece que está en la línea de Krause (del bendito Krause, verdad) que uno de cuyos proyectos consistió en limpiar el alemán de latinismos, y esta idea parece que era la de Heidegger. Ahora, lo cierto es que si se suprimen los latinismos, de la filosofía de Heidegger y en general, la filosofía desaparece. [...] sin olvidar tampoco, naturalmente, los helenismos que generalmente pasan a través del latín".
La lengua vasca será todo lo perfecta que Meillet quiera, pero el caso es que se olvidó de incluir en su vocabulario un signo para designar a Dios y fue menester echar mano del que significaba "señor de lo alto"- Jaungoikua. Como hace siglos desapareció la autoridad señorial, Jaungoikua significa hoy directamente Dios, pero hemos de ponernos en la época en que se obligaba a pensar Dios como una autoridad política y mundanal, a pensar Dios como gobernador civil o cosa por el estilo. Precisamente este caso nos revela que, faltos de nombre para Dios, costaba mucho trabajo a los vascos pensarlo: por eso tardaron tanto en convertirse al cristianismo y el vocablo indica que fue necesaria la intervención de la Policía para meter en sus cabezas la idea pura de la divinidad. De modo que la lengua no sólo pone dificultades a la expresión de ciertos pensamientos sino que estorba la recepción de otros, paraliza nuestra inteligencia en ciertas direcciones.Ortega dice: "[la lengua vasca] se olvidó de incluir en su vocabulario un signo para designar a Dios". En primer lugar, en euskera ya existía la palabra Dios, Ortzia (firmamento, divinidad celeste), antes de que la palabra Jaungoikoa ocupara su lugar. Aymeric Picaud escribió en el siglo XII el primer vocabulario vasco conocido, en el que decía "Deum vocant, urcia" (a Dios llaman urcia). Ortzia (en el euskera contemporáneo) con la fonética y ortografía del dialecto que escuchó Picaud en el siglo XII.
Ob nun dieser bei den fremden Schriftstellern in den der Vasconen umgeändert, oder ob der letztere, von basoa kommend, nur einem einzelnen Stamm angehörte, dürfte jetzt schwerlich mehr auszumachen seyn. Bei den Silben Eusc und Esc ist an eine Abstammung von basoa nich zu denken.