lunes, 31 de enero de 2011

Él estuvo allí

Técnica: acuarela y hematites sobre tronco de haya
Bizitzaren zuhaitza
(El árbol de la vida)
© Ilkhi, 2002

El pasado fin de semana acudí al Museo del Prado, donde pude ver la reciente restauración de dos óleos sobre tabla: Adán y Eva, de Durero, 1507.
Sólo tuve que desplazarme unos veinte metros en la misma sala para ver el Adán y Eva de Tiziano, 1550. Qué belleza, es como si Tiziano hubiera estado en el Paraíso de reportero gráfico para cubrir el Génesis y, por el contrario, Durero se hubiera limitado a pintar lo que le contaron que había sucedido junto al árbol de la ciencia. La "realidad" de Tiziano está sobre el lienzo, mientras que en las tablas de Durero es devorada por la carcoma del "preciosismo" de sus pinceladas.

En el lienzo de Tiziano pude vislumbrar las pinceladas que, Monet y Renoir, "après la lettre" darían tres siglos más tarde. Ni el mismo Rubens pudo superar esta belleza en la copia/versión que en 1628 hizo de la de Tiziano.

Si podéis, no os perdáis la contemplación de esta obra de arte, es alimento para el espíritu.

Bizitzaren zuhaitza
© Ilkhi, 2002


3 comentarios:

  1. Me gusta esa acuarela sobre el tronco, me transmite vida. Y me encanta mirar a "través de tus ojos".

    Un beso.

    Ps. (se te debió escapar el dedo, "devorada")

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Paloma, sí, se me escapó el dedo. Ya está corregido. Es lo que tiene escribir con distintas ortografías y un mismo alfabeto.
    Me alegro mucho de que te guste.

    Besos

    ResponderEliminar
  3. Tú lo has dicho, "alimento para el espíritu"... cuanto me alegro de que los hayas podido disfrutar, y qué bien describes mediante la metáfora la diferencia entre la forma de recrear una realidad desde uno y otro artista.

    Ese tronco y ese árbol pintado en él, sí que es una verdadera fotografía del árbol del paraíso desde aquí, desde nuestros días, como si dispusieras de una lente de esas innombrables por lo enormes que son, sino que un buen fotógrafo no las necesita para recorrer espacios ni tiempo con su mirada.
    La madera de haya es preciosa, por cierto, ahora que la veo...me has recordado a mi manía por escoger algunos tocones de las encinas, ya te hablaré algún día sobre ella. Hoy me quedo con ese "manzano" (es que yo veo un manzano y no porque lo diga la tradición, sino porque los conozco, le veo hasta su flores rosadas enormes en esa pintura tuya hecha con los hematites...hasta sus flores y la forma de su tronco, todo, el árbol del paraíso...qué hermosura has logrado, Ilkhi.

    Abrazos entre luces venecianas

    ResponderEliminar