* En la colección gráfica, del Museo Albertina de Viena, hay un dibujo de Borromini que él diseñó para el friso de San Carlino alle Quattro Fontane, Roma, 1634, en el cual escribió "Tre et uno assieme" como referencia a la Trinidad.
Me desborda esta entrada: -Albertina es la amiga en "En busca del tiempo perdido", libro con el que llevo casi dos años y sobre el que pensaba hacer una pequeñita entrada hoy. -Me encantaba , me encanta aún pronunciar en italiano el nombre de esa Iglesia. Creo que si Borromini más me atrajo la sonridad de ese nombre tuvo mucha "culpa". - me persigue el concepto de la trinidad el tres en uno desde mi más tierna infancia fotográfica y poética (no me extiendo en detalles sobre ello ahora)
LA BELLEZA de la imagen con la que la llenas ha hecho que me dé un vuelco el corazón Pleno del tres, Ilkhi...Gracias por compartir lo que eres, haces y te acompaña.
En cuanto a San Carlino alle Quattro Fontane para mí es una de las iglesias más bellas que he visto en mi vida. La veo como una joya arquitectónica: sus dieciséis columnas interiores son como los engastes, y la cúpula un gran diamante que brilla con esa luz difusa tan querida por Borromini para todos los templos que diseñó.
Me desborda esta entrada:
ResponderEliminar-Albertina es la amiga en "En busca del tiempo perdido", libro con el que llevo casi dos años y sobre el que pensaba hacer una pequeñita entrada hoy.
-Me encantaba , me encanta aún pronunciar en italiano el nombre de esa Iglesia. Creo que si Borromini más me atrajo la sonridad de ese nombre tuvo mucha "culpa".
- me persigue el concepto de la trinidad el tres en uno desde mi más tierna infancia fotográfica y poética (no me extiendo en detalles sobre ello ahora)
LA BELLEZA de la imagen con la que la llenas ha hecho que me dé un vuelco el corazón
Pleno del tres, Ilkhi...Gracias por compartir lo que eres, haces y te acompaña.
Gracias a ti, Sofía, por asomarte a este taller.
ResponderEliminarEn cuanto a San Carlino alle Quattro Fontane para mí es una de las iglesias más bellas que he visto en mi vida. La veo como una joya arquitectónica: sus dieciséis columnas interiores son como los engastes, y la cúpula un gran diamante que brilla con esa luz difusa tan querida por Borromini para todos los templos que diseñó.
Abrazos entre luces difusas.