Desde la segunda mitad del siglo XIX, y durante casi todo el XX, se ha tratado de transformar en abstracto lo que era figurativo/material, y esto llevó, entre otras cosas, a que el "menos es más" de Mies van der Rohe se opusiese al Modular Man de Le Corbusier: el antihumanismo opuesto al antropomorfismo. El problema radicaba en que mucho más que "menos" nihil est.
Es decir, estar continuamente restando hasta llegar a la trascendencia que es la "nada". Verbigracia: la poesía de Mallarmé, la música atonal de Schöenberg, el suprematismo de Malevich, la abstracción de Mondrian, el misticisno de Rothko y el final de "la ley bifásica de los cambios" de Oteiza.
Pienso que, ahora, ya no hay necesidad de transformar lo figurativo en abstracto, ni renunciar a lo objetivo, ya que nuestra formación nos permite percibir, de modo concreto, lo llamado abstracto en el pasado.
Pienso que, ahora, ya no hay necesidad de transformar lo figurativo en abstracto, ni renunciar a lo objetivo, ya que nuestra formación nos permite percibir, de modo concreto, lo llamado abstracto en el pasado.
Eres increible, llkhi, un fenómeno para mi percepción en la más estricta acepción del termino que para mí es la suya: en apenas tres breves párrafos desglosas la inefabilidad, por farragosas explicaciones que necesitaría dar de todo un corpus con el que comulgo o en el que creo o, mejor, sobre el que vivo o construyo..en fin..no sigo. Tú ya lo dices por mí.
ResponderEliminarAbrazo te doy, disfrutando cierto optimismo con los "míos", parafraseándote desde mi blog,..sí, con los "míos" ;)