sábado, 7 de julio de 2012

Mareando la perdiz con seudoplagios

A primera vista, cualquiera que desconozca la trayectoria de estos dos escultores diría que la escultura Cubo Metafísico, 1958, de Oteiza, es un plagio de la de Weissmann de 1951. De hecho, cuando Oteiza ganó el gran premio internacional de escultura en la IV Bienal de Sao Paulo, 1957, su obra fue asociada al trabajo de Franz Weissmann o Lygia Pape, dos escultores neoconcretistas que trabajaban en Brasil.

 Cubo Vazado, 1951
Franz Weissmann

"O famoso Cubo Vazado, apresentado na Bienal de 1953, depois de ter sido recusado na de 1951, e considerado um marco na escultura brasileira."

O própio escultor dizia:
"Durante toda a minha vida considero que o chamado espaço vazio é um vazio ativo que atua em relaçao ao continente que ele ocupa"

 Cubo Metafísico, 1958
Jorge Oteiza

Definición de esta escultura por el propio Oteiza:
"El espacio definido, solo y vacío. Estatua-caja-cromlech con la que tomo conciencia de la conclusión cromlech de mi última etapa experimental propuesta sobre la desocupación espacial y presentada (sin conclusión) en la IV Bienal de Sao Paulo (Brasil, 1957)."
Pilar Muñoa, en su libro Oteiza: la vida como experimento, 2006, escribió esto refiriéndose al Libro de los Plagios de Oteiza:
"Los artistas, que en su fuero interno saben muy bien cuándo y qué han hecho en cada momento, no deben menospreciar los conocimentos y la memoria de los ojos que les contemplan, ni su capacidad de escrutar y comparar. Para una apreciación objetiva no valen incondicionales ni detractores."
Lo que Pilar Muñoa no tiene en cuenta es que tampoco valen esos observadores, eminentes "connaisseurs d'art", supuestamente imparciales y ¿objetivos?, ya que esos "conocimientos y memoria" a los que ella alude, siempre son parciales y subjetivos. Como reconoció ella misma en la presentación de su libro, cuando dijo que intentó hacer "más fácilmente comprensibles algunos de sus escritos" (los de Oteiza) pues en ocasiones las palabras de Oteiza resultaban "un poco oscuras" para ella misma.

Esta experiencia que relato a continuación sucedió en 1999, cuando yo estaba con otro artista viendo una exposición de la última obra de Agustín Ibarrola en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Súbitamente, aquel artista se dirigió a mí e indicándome un símbolo que estaba en aquel lienzo me dijo. - ¡Esto ya lo he hecho yo hace años! Es un plagio muy descarado. Traté de calmarle, pero fue en vano, estaba tan indignado que no atendía a razones. Aquella no fue la primera ni será la última experiencia de este tipo. Me gustaría que, antes de acusar de plagio a otros, la gente se lo pensara y reflexionara, ya que en muchas ocasiones suele ser tan absurdo como decir que la palabra "gora", que en búlgaro significa (bosque), es un plagio de la palabra "gora" que en euskera significa (arriba). Que coincidan sus formas/significantes no quiere decir que coincidan sus significados.


En mi opinión, Oteiza se equivocó/pataleó al escribir aquel Libro de los Plagios. Por supuesto que a lo largo de la historia ha habido multitud de plagios, y seguirá habiendo en el futuro, pero por encima de todas las opiniones está la honestidad del artista, si ésta no existe, el artista tampoco, y por consiguiente el plagio delata su deshonestidad.


1 comentario:

  1. Esto, no lo tuyo, sino todo lo que relatas, no son más que barbaridades que sólo hablan de la ignorancia o de incultura en su más auténtico sentido, la incultura como desconocimiento de lo que el hombre es y ha sido, y seguirá siendo, por muy cultos que puedan parecer los que lo digan. El acervo cultural del hombre, todo el bagaje de las expresiones del hombre no se construye más que como un plagio de todo lo anterior hecho por los mismos hombres por mucho que no se conozca concretamente, siempre en constante evolución: la espiral de fi y el mito del eterno retorno explica bien este movimiento progresivo de todo ( y de todo).
    Ya escribí algo sobre esto hace algunos años en mi blog en torno a la manía de pagar dinero en una oficina pública para tan sólo poder decir "esto que he escrito lo he escrito yo". Yo al menos no necesito que ningún papel burocrático lo diga por mí.
    Todos no hacemos más que plagiar al primer hombre cuando pronunció por primera vez quizás la primera palabra: "ma".

    Un beso, Ilkhi

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