viernes, 20 de julio de 2012

La vileza se oculta tras una frase

Algunas veces recuerdo esta frase que mi jefe utilizaba a modo de despedida: "Todo sea por la libertad de Euskadi". Eran los años 70, e indefectiblemente él la decía al despedirse de un compañero de fatigas que venía todos los sábados a visitarle al taller.

Pasados los años, me enteré que en 1937 aquel jefe mío, que presumía de haberse hecho a sí mismo, había traicionado a sus compañeros de artes gráficas. Todos, excepto él, acabaron en el campo de concentración de Santoña. Algunos de ellos fueron condenados a la pena capital. Entonces, descubrí el insoportable cinismo que había detrás de aquella frase; muchas veces pienso que en ella está condensada toda la miseria moral que él trataba de ocultar.


3 comentarios:

  1. Ese es el peligro de las consignas, como el de cualquier bandera o signo, que pueden servir de tapaderas para los más viles cinismos. por eso, según mi punto de vista, ninguna sirve. Sólo vale el individuo.

    (por otro ladro, que h de la g p, que espero haya tenido su merecido en esta vida o la otra, que para comportamientos así me hago creyente si hace falta y deseo todos los males del infierno me da igual creer o no, estoy segura de que estará penando donde sea)

    Un fuerte abrazo, Ilkhi

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  2. Así es, Sofía, detrás de todas estas consignas, muchas veces, se ocultan las más atroces vilezas humanas. Yo también espero que esté penando allí donde esté, pues fue una mala persona, doy fe de ello.

    Abrazos przewalskianos

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  3. La historia de Euskadi, qué misterio!

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