No sé... siempre le echamos la culpa al dinero, pero el dinero, el dinero no es nada...una piedra, una rama, una canica, incluso una pepita de oro...¡menos!...pobrecito el dinero, me digo algunas veces, le echamos las culpas de todo, cuando la culpa sólo la tiene uno, el que lo inventó para usarlo como medio de chantaje entre un humano y otro. Somos nosotros sus creadores y sus usadores, dejemos de echar balones fuera. Él no posee ni manos ni cerebro.
Hola, Sofía. Estoy de acuerdo contigo, pero no soy yo quien personifica ni culpa al dinero. En este poema visual a quien denuncio es a los que sí lo hacen, y además lo adoran. Como dice el canto de la moneda no es nada ni nadie, salvo el valor fiduciario que le damos por una convención.
No sé... siempre le echamos la culpa al dinero, pero el dinero, el dinero no es nada...una piedra, una rama, una canica, incluso una pepita de oro...¡menos!...pobrecito el dinero, me digo algunas veces, le echamos las culpas de todo, cuando la culpa sólo la tiene uno, el que lo inventó para usarlo como medio de chantaje entre un humano y otro.
ResponderEliminarSomos nosotros sus creadores y sus usadores, dejemos de echar balones fuera. Él no posee ni manos ni cerebro.
La foto, sensacional.
Un beso
Hola, Sofía. Estoy de acuerdo contigo, pero no soy yo quien personifica ni culpa al dinero. En este poema visual a quien denuncio es a los que sí lo hacen, y además lo adoran. Como dice el canto de la moneda no es nada ni nadie, salvo el valor fiduciario que le damos por una convención.
ResponderEliminarAbrazos entre luces.