10 de agosto de 2003
El tiempo se mide —gran error— según un convencionalismo entre infinitos, lo cual propicia que cualquiera que sea su medida, siempre se puede refutar. El ser humano lleva miles de años separando el espacio del tiempo, no obstante, en un principio, el espacio se percibía inconscientemente como un "tiempo" inmensurable. También se ha tratado de medir la estética y la ética con resultados catastróficos.
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