El 3 de noviembre de 2016 en la librería Lagun de San Sebastián hubo un coloquio entre los escritores donostiarras Ramon Saizarbitoria y Fernando Aramburu moderada por el librero Ignacio Latierro.
En el transcurso del coloquio Ignacio Latierro les dijo, refiriéndose a sus libros (Martutene de Saizarbitoria y Patria de Aramburu) "Los dos dijisteis que no habíais escrito vuestro libro "contra nadie". A lo que ambos contestaron que en efecto no los habían escrito "contra nadie".
Lo que quiero destacar es lo fútil que es interesarse por las intenciones que tiene un/a autor/a cuando escribe un libro. Lo que de verdad importa es la intención con la que los/as lectores/as lo leen y lo que los connaisseurs e historiadores del arte opinan. Por ejemplo, Pablo Picasso se reía de muchas de las intenciones "lectoras" que tenían algunos/as historiadores/as de arte respecto de su obra Guernica, pero las opiniones del autor no han servido de mucho, pues las interpretaciones espurias que hicieron aquellos/as gurús del arte han acabado siendo canónicas. Como declaró Akira Kurosawa en una entrevista que le hizo Donald Richie en 1960: "Eso es lo que más me molesta de la crítica. Por supuesto, ellos no tienen ni idea, ni en Japón ni en cualquier otra parte, de lo que yo pretendo." Por otro lado, leer Mein Kampf de Adolf Hitler no te convierte indefectiblemente en nazi, por más que esa fuera la intención del Führer y sus adláteres. Como dijo el escritor francés Louis Aragon en 1958 "¿Decís que las novelas provocan malos pensamientos? Vamos, hombre, eso será en quienes ya los tienen".
En otro momento del coloquio Ramon Saizarbitoria se quejó de cómo le consideraban sus lectores/as según cual fuera la lengua en que le leen: "En castellano soy nacionalista y en euskera, en fin... lo otro".
Esto me hace recordar una entrevista que le hicieron al escritor alemán Erich Maria Remarque en 1929 sobre su libro Im Westen nichts Neues (Sin novedad en el Oeste)
El entrevistador le pregunta:
¿Cómo se explica, por ejemplo, la contradicción de que su libro haya suscitado críticas opuestas, censurándole unos su pacifismo blandengue y otros exactamente lo contrario, su propaganda belicista?
Remarque responde:
Principalmente en razón de una cierta decepción por el hecho de que yo no haya tomado partido políticamente. De todos modos, he de decir que quien haya leído mi libro y no haya sacado más cosa que el deseo de vivir por sí solo lo que cuenta el libro... bueno pues éste no va a dejarse influir por nada más.
Aunque parece que en el caso de Saizarbitoria la opinión que tienen de él está en función de la lengua en que leen su obra, en realidad lo que hay detrás de esas opiniones son las intenciones de sus lectores/as, independientemente de cual sea el idioma en el que esté escrita su obra.
Evidentemente, Saizarbitoria tiene más probabilidades de que los/as lectores/as euskaldunes lo (pre)juzguen y tilden de descastado (no en vano en su juventud escribió un artículo titulado Ez naiz jatorra (No soy un vasco genuino) por sus opiniones "heterodoxas", en muchos casos desmitificadoras de aquello que el nacionalismo considera sagrado; y por el contrario, sus lectores/as en castellano siempre serán más proclives a (pre)juzgarlo como un nacionalista irredento por su perseverancia en el uso del euskera. Ni que decir tiene que ambos públicos están equivocados. Lo de siempre, prejuicios, prejuicios y más prejuicios. "Me parecen tan patéticos los que llevan la boina con orgullo como los que se avergüenzan de llevarla". Por declaraciones como ésta de Saizarbitoria (yo estoy completamente de acuerdo con él) que hizo cuando le entregaron la Medalla de Oro de Gipuzkoa en 2016 es reprendido por uno y otro bando.
Pocas cosas hay peores que leer "contra alguien", sin embargo, es lo que más se practica hoy en día.