La vida no se rige por normas
Desatornillando el pensamiento osificado
© Ilkhi, 2017
"Con el consentimiento del autor, el editor ha cambiado el título Éxito y fracaso de Picasso, por el de Fama y soledad de Picasso, que Berger juzgó más acorde con el espíritu de su obra".Esta argumentación es tan absurda como si un pintor o escultor, todavía vivos, acudieran a un museo a retocar sus obras porque consideran que no era eso lo que querían expresar con ellas, o como si en 1950 una editorial le hubiera pedido permiso a Ortega y Gasset para cambiar el título de su libro La rebelión de las masas, 1930, por el de La estulticia del populacho.
"I remember that, up to the age of 30, I was a painter. I'd spend my days in a room I called a studio, drawing and painting".Probablemente esta foto fue realizada en el estudio que Berger rememoró en aquella entrevista 53 años después. Pero lo que más me llama la atención en esta fotografía es el lapicero que tiene John Berger en su mano derecha; esta sensación perceptiva que tan bien definió Roland Barthes en su libro La Chambre Claire, en 1980, con estas palabras: "C'est lui (le punctum) qui part de la scène, comme une flèche, et vient me percer. [...] Le punctum d'une photo, c'est ce hasard qui, en elle, me point (mais aussi me meurtrit, me poigne)". Como escribió Barthes, este punctum "me hiere, me aflige" me traslada a momentos de mi infancia, cuando, con tan solo cuatro años, cada vez que volvía de la escuela a casa, entre mis avíos para el aprendizaje de la escritura, indefectiblemente, aparecían varios sacapuntas y había desaparecido el lapicero que me daba mi madre cada mañana. Entonces, mi madre, con un sentido común aplastante, me preguntaba: "¿Para qué quieres tantos sacapuntas, si pierdes todos tus lapiceros?" Mi respuesta era estética, pero no verbalizable en aquellos años. ¿Cómo podía explicarle a mi madre la belleza que yo veía en aquellas herramientas, sin la cuales el lapicero no era sino un burdo trozo de madera y grafito?
"El europeo que empieza a predominar - esta es mi hipótesis - sería, relativamente a la compleja civilización en que ha nacido, un hombre primitivo, un bárbaro emergiendo por escotillón, un "invasor vertical".
"Ortega y Gasset is the last of the classically reactionary thinkers; he cannot, like all the dons who still apolagize for capitalism and who pretend that imperialism doesn't exist, be dismissed as an opportunist. He has been preserved in Spain as in amber, and he is acute and imaginative enough to be obssesed by the historical situation in which he finds himself. All his books are about the historical rack. I think of him because he invented a phrase which is so apt for Picasso. He is generalizing about the modern European masses. On to them he projects all his aristocratic fears of the underprivileged and uneducated. He uses the word primitive in a pejorative sense. But in the case of a truly imaginative writer, images can transcend conclusions. Picasso was a vertical invader. He came up from Spain through the trap-door of Barcelona on to the stage of Europe".
Berger's view is that Picasso provoked Cubism by his 1907 painting of five naked women (Demoiselles d'Avignon), the shock of which he describes as the vertical invader's "propaganda by deed." For the first time in the fury of his work on it his skill disappeared in struggle. [...] I agree emphatically with Berger in saying that Cubism was a transformation far more than a stylistic revolt against what had preceded it, that it changed the nature of the relationships between the painted image and reality and so placed man in a position which he had never been in before. Cubism in its use of new materials was the challenge to the bourgeois concept of art as precious and valuable, in its structure it was dialectical materialism in painting. What the Cubist painters wanted was an art that belonged to the new century; they created the possibility of revealing processes instead of static states. "They painted the good omens of the modern world".