martes, 9 de diciembre de 2014

Desgraciadamente no se puede tachar la necedad

© Ilkhi, 2014

Este pasado fin de semana me adentré con Maite en uno de los paisajes más impresionantes de Vizcaya, la crestería del Duranguesado, que va desde el monte Aitz Txiki hasta el Anboto. Al llegar a Mendiola y ver esta señal informativa que vi por primera vez hace 42 años, ahora cubierta por el óxido de la vida, comprobé que algún "defensor" del euskera, en su afán censor, había tachado no solo la traducción al castellano, sino también parte de la información en euskera, pues en la última línea se informa de las dos cuevas prehistóricas que se encuentran en este macizo, BOLINKOBA ETA ASTOKOBA; la segunda cueva, Astokoba, está tachada por la ignorancia del censor. Cuánto mejor nos iría si pudiéramos tachar la necedad de algunos desaprensivos.

 

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