La fuerza vital y estética en la eternidad
© Ilkhi, 2002
Enfoque mental y Agua de nadie
© Ilkhi, 2002
Arte y campo de batalla 169 años después
En mi libro de artista
αἰών αἰσθητός en el valle de Berrueza
© Ilkhi, 2002
αἰών αἰσθητός en el valle
de Berrueza
Todo esto empezaba el
21 de junio de 2000 [en mi tiempo, año 2768] de un lado tiempo intemporal,
donde nada se mide y todo se siente. El lado tiempo estaba en la exposición
L’empire du Temps, en el Hall de Napoleón, del museo del Louvre. Allí veía y
leía, por primera vez, la palabra griega “Aión” con el significado de “vida en
contextos que expresan su pérdida” y tomaba conciencia de una percepción
temporal no mensurable. Aquella semilla germinó hasta empezar a verse la obra
que titulé
aión aisthetós en el valle de Berrueza.
En esta obra veo los
cambiantes Logos, Ethos y Pathos en un
lugar tiempo donde lo que ocurre no es indiferente ni se impacienta por ESTAR y
SER en este mundo. A diferencia de ese otro pensamiento llamado posmoderno, en su variante reaccionaria y acrítica;
donde, como dice Baudrillard, lo que prima es la indiferencia e impaciencia
ante el sujeto y el objeto. La ciencia, especialmente la cibernética, ha
racionalizado el mundo entero, como si todo fuera un objeto susceptible de
transformarse en una verdad matemática. Ya lo advertía Heidegger en sus últimas
líneas de Ser y Tiempo: “…se corre el peligro de hacer de la conciencia
una cosa”.
He elegido el óleo
azul Prusia para dibujar αἰών αἰσθητός por su
cooperación con la luz, ya que la luz es su mejor aliado; un color cuya oscuridad
se reafirma en la acción claridad de la luz. Esta obra irá creciendo
oscureciéndose, mediante la luz, a medida que surge el tiempo.
Al haber elegido grafías
de diferentes lugares y culturas del planeta no pretendo una globalización,
sino una percepción [en esta colección ordenada de imprecisiones en la que se
basa cada grafía, cada intervalo temporal y cada vida humana] a través de lo
sabido, de lo descubierto, de lo que deja de estar oculto alétheia (verdad)
y lo que está por descubrir.
He elegido el óleo
bermellón cadmio holandés para dibujar la palabra ARTE, (en euskera significa
intervalo de espacio y tiempo) como el color de la savia del pensamiento espaciotemporal:
el ARTE=ENTRE de la aparición desaparición del significado; por otro lado, la
tipografía que he utilizado, “Bodoni” (tipo de letra romana moderna utilizada
desde finales del siglo XVIII) pone en cuestión la “identidad ética
caligráfica” que puede haber detrás de una tipografía. ¿Cuánta gente, al leer la palabra ARTE, consigue ver el tipo de letra en el que ha sido diseñada; o un tiempo y espacio determinado, e incluso un árbol? (en euskera la palabra
“arte” también significa “encina”). Si alguien ve un color amarillo, azul o
rojo creerá que no hay duda de cual es su significado, aunque su definición significante
sea más temporal que esencial.
La fototerragrafía: ENFOQUE MENTAL (desarrollo de transiciones entre
espacios) que he sacado en el valle de Berrueza con la cámara bajo un terrón de
tierra labrada, a tan sólo 70 milímetros del punto visible más cercano, pero
enfocado (mise au point) a 1000 milímetros, en ese punto invisible del espacio
intermedio (entre el cielo y la tierra) que está entre el espacio límite y el
infinito. Lo invisible sólo puede ser percibido como una realidad privada de
forma concreta, es decir, la ausencia en la imagen de la “verdadera”
imagen convencional. En esta fototerragrafía no sólo escribe la luz
sobre la película, sino que la materia, hematites, de la que está hecho el
espacio límite, también escribe. El enfoque es mental.
También la denomino apóphasis. La apóphasis es un enunciado que
puede ser afirmativo o negativo en la presencia o ausencia de lo que vemos.
Ilkhi, 21 de diciembre de 2770
(Parte del texto que escribí, a modo de presentación, sobre las obras que
se pueden ver en este libro de artista)