lunes, 16 de enero de 2012

El gran lanzamiento editorial del siglo XXI

Técnica: acuarela transformada digitalmente con Photoshop
© Ilkhi, 2012

El hijo de Puskas es un conjunto de relatos (short story cycle) que, principalmente, transcurren en un pequeño pueblo, de la Vizcaya profunda, llamado Lauros. Batania se mueve como pez en el agua entre aquel pasado rural inventado (con afirmaciones tan peregrinas como esta que pone en labios de su padre: "Imposible porque los vascos vivían en cuevas hasta hace doscientos años. Así me lo dejaron dicho".) y este presente posmoderno que se ubica en una geografía de la incertidumbre, tal y como él dice en una de sus pintadas: "MI VIDA UN ESTADO DE EXCEPCIÓN". Al leer este libro constatamos (parafraseando a Unamuno) que "El mundo entero es un Lauros más grande".

Batania también hace intromisiones en las reuniones familiares del pueblo de Tobes y Rahedo (Burgos), allí Batania descubre que los extremos se tocan. Se diría que sale del laberinto vasco gracias a ese "hilo de Ariadna" que es su dialéctica aplicada al conflicto perenne e irresoluble; y lo hace desde su propio país sin patria, es decir, desde la inmanencia de Batania.

Si tuviera que extraer de este libro unas palabras que lo resumieran, serían estas: "Lloraba por la otra política, la política de autor, la política singular y drástica de aquellos aldeanos. Sólo veinte años más tarde me daría cuenta de que la modalidad política que practicaban ellos es la más grande que existe. La única que me interesa, la que intento ahora: la literatura". Batania dixit.

Por último, decirles a quienes disfrutan y aprenden de la buena literatura que en cuanto salga este libro lo lean; les aseguro que no quedarán defraudados.
En unos meses (sine díe) estará en todas las librerías del planeta Lauros.


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