Fuera del ecosistema cultural los artistas deberían desenvolverse como elementos pertenecientes a la fauna salvaje, sin embargo, en las imágenes que nos proyecta el sistema, más bien parecen como parte de un zoológico o un circo.
Bastaría leer este párrafo que escribió el artista Txomin Badiola y posteriormente leyó en el Forum d'Avignon que tuvo lugar en La Alhóndiga Bilbao (ahora llamado Azkuna Zentroa) el 6 de marzo de 2014, para darse cuenta de que el Forum d'Avignon "La ciudad como ecosistema cultural" fue una farsa.
Todo esto sucedió con motivo del debate titulado: Los artistas como promotores del cambio cultural y social de las ciudades, en el cual no se debatió nada. Todos los participantes —excepto Txomin Badiola— en aquel pseudodebate expusieron lo encantados que estaban con el trabajo que hacían en sus respectivas ciudades con el fin de promocionarlas a nivel internacional, y ante la afirmación y denuncia que Badiola hizo respecto a la nula consideración que el sistema tiene con los/as artistas, pues se les trata como meros "suministradores de contenido" y no como promotores de un cambio cultural en las ciudades —de esto iba el supuesto debate— le miraban a Badiola como si no pudieran creer lo que estaba diciendo, y ni uno solo de ellos/ella entró a debatir aquella crítica tan pertinente.
Han pasado casi diez años y nada ha cambiado, sin embargo, conviene recordárselo a quienes nos miran con esa sonrisa maliciosa y rebosante de condescendencia cuando criticamos este postureo cultural que confirma lo que el neologismo tittytaiment inventado por Zbigniew Brzeinski en el otoño de 1995 en el Fairmont Hotel de San Francisco durante el primer "State Of The World Forum" en el que se auguraba un futuro para los habitantes del planeta Tierra donde se garantizaría suficiente alimento de entretenimiento tóxico para el 80% de la población mundial. El tittytaiment ya está aquí, pero muchos están anestesiados y otros no quieren verlo.