viernes, 24 de noviembre de 2017

El peligro de utilizar la literatura como un arma de guerra

Alfabetos bélicos en formación
© Ilkhi, 2017


Das Buch ein Schwert des Geistes (El libro una espada del espíritu). Este era un lema que difundió el Reichsministerium Für Volksaufklärung Und Propaganda (Ministerio del Reich para la Instrucción de la Nación y la Propaganda) durante la Segunda Guerra Mundial en la Alemania nazi.

En estos tiempos en que la desinformación está a la orden del día, y que Internet facilita el que miles de millones de personas sean informadas y desinformadas simultáneamente, el peligro de utilizar la literatura [*] como un arma es factible.

El ensayista Eloy Fernández Porta en su libro Homo Sampler (Anagrama, 2008) nos muestra en toda su crudeza la inflación informativa en la que estamos inmersos.
"En los canales que emiten sin pausa durante veinticuatro horas diarias la renovación permanente y en vivo de las noticias anula cualquier exégesis posible. El tema de una noticia es la variación respecto de la versión precedente. Los telediaros son la forma más acabada del minimal".
En efecto, al igual que las obras de los artistas minimalistas con su juego tautológico "Esto no es más que lo que es", los telediarios también "son noticias porque son noticias", no se emiten para que el público reflexione sobre ellas, sino para ser verbalizadas banalmente en el escaparate de los medios de comunicación, donde su cambio ultraveloz (para seguir estáticas) deja a cualquier reflexión en la cuneta.

Cuando la literatura se utiliza como un arma en lugar de como un motivo de reflexión, entonces ocurre igual que en los medios audiovisuales, pasa a ser agitprop: la agitación y propaganda utilizada por los regímenes dictatoriales y los que aspiran a serlo.

[*] Literatura con el significado de la primera acepción del DRAE: Arte de la expresión verbal.


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