Una estrella que no se apaga y un eco persistente
© Ilkhi, 2013
Esta vez quiero recordar a aquellos pioneros de la fotografía que en el mes de noviembre de 1863 publicaron el primer número del Boletín Oficial de la Sociedad Fotográfica de Cádiz, EL ECO de LA FOTOGRAFÍA.
Al leer la introducción de este boletín se nota la pasión y el deseo desmesurado que tenían de indagar en aquel campo prístino de la fotografía.
"Vemos una estrella en el horizonte que nos fascina y deslumbra; concebimos el gran beneficio que su luz podrá prestar a las ciencias y a las artes; seguir su curso, señalar con el dedo el camino que recorre, y demostrar los arcanos que descubra, [...] Los descubrimientos más notables, las ciencias más abstractas, debieron su origen casi siempre a la casualidad de una simple observación."
150 años después de que un gaditano escribiera esto, multitud de experiencias fotográficas confirman que fotografiar sigue siendo "escribir con la luz", pero si lo que queremos es crear, no debemos permitir que la luz ni el pensamiento ajeno tomen la iniciativa, pues ahora no sólo tenemos el lápiz, también fabricamos el grafito. The Pencil of Nature* se quedó obsoleto. Del mismo modo que el pensamiento del futuro no está en ninguna biblioteca, las imágenes (que ni han/hemos visto, ni han/hemos hecho) tampoco pueden encontrarse en un banco de fotos. Los posmodernos se equivocan al pensar que lo que vemos sólo lo podemos ver a través de un imaginario fosil y obsoleto.
Querido Walter Benjamin, sé que podemos conseguir que el aura de la fotografía no se marchite en la era de la hiperinflación de las imágenes reproducidas.
Hasta aquí me llega el ECO irradiado desde aquel centro de expansión que Sir John Herschel, en el verano de 1839, dio en llamar PHOTOGRAPHY.
* Título del primer libro ilustrado con fotografías de William Henry Fox Talbot, fue publicado en 1844.