Esta imagen la he extraído de la pequeña enciclopedia infantil Xabiertxo: para el aprendizaje del euskera. Xabiertxo fue editado por Ixaka López Mendizabal en 1925 y la ilustración corrió a cargo de John Zabalo Ballarin. La imagen que está sobre estas líneas procede de la edición de 1932.
El 11 de agosto de 1936 los requetés y falangistas entraron en Tolosa y clausuraron la imprenta editorial de Ixaka López Mendizabal, sacaron todos los libros en euskera que encontraron en la imprenta, los apilaron en la Plaza Zaharra y los quemaron. Páginas similares a la que se ve en esta foto ardieron en aquella hoguera. El texto estaba escrito en euskera guipuzcoano y su traducción al castellano es ésta.
El sentido del oído
Las palabras, gritos, llamadas y chillidos las oímos con los oídos. A todo lo que oímos lo llamamos ruido o sonido.
Contrapongo esta imagen y texto, supuestamente bucólico, inocente y didáctico, a esos momentos de desengaño vital, en los que el ruido y el sonido ya nada pueden significar.
William Shakespeare, cuando puso este texto en boca de Macbeth Acto V, Escena V, lo plasmó extraordinariamente bien.
Life's but a walking shadow, a poor prayer
That struts and frets his hour upon the stage
And then is heard no more: it is a tale
Told by an idiot, full of sound and fury,
Signifying nothing.
También relaciono esos oihuak, deiadar eta garrasiak (gritos, llamadas y chillidos) con los de aquellos/as que se quedaron en España bajo la dictadura de Franco y cayeron en el barrizal de los fusilamientos, las torturas y la ignominia.
El 11 de agosto de 1936 los requetés y falangistas entraron en Tolosa y clausuraron la imprenta editorial de Ixaka López Mendizabal, sacaron todos los libros en euskera que encontraron en la imprenta, los apilaron en la Plaza Zaharra y los quemaron. Páginas similares a la que se ve en esta foto ardieron en aquella hoguera. El texto estaba escrito en euskera guipuzcoano y su traducción al castellano es ésta.
El sentido del oído
Las palabras, gritos, llamadas y chillidos las oímos con los oídos. A todo lo que oímos lo llamamos ruido o sonido.
Contrapongo esta imagen y texto, supuestamente bucólico, inocente y didáctico, a esos momentos de desengaño vital, en los que el ruido y el sonido ya nada pueden significar.
William Shakespeare, cuando puso este texto en boca de Macbeth Acto V, Escena V, lo plasmó extraordinariamente bien.
Life's but a walking shadow, a poor prayer
That struts and frets his hour upon the stage
And then is heard no more: it is a tale
Told by an idiot, full of sound and fury,
Signifying nothing.
También relaciono esos oihuak, deiadar eta garrasiak (gritos, llamadas y chillidos) con los de aquellos/as que se quedaron en España bajo la dictadura de Franco y cayeron en el barrizal de los fusilamientos, las torturas y la ignominia.
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