miércoles, 5 de septiembre de 2018

"¡Hostia, la cámara!" Atrapados en un presidio panóptico

Ayer vi y escuché algo que me sorprendió. Paseaba por los Jardines de Cecilio Rodríguez cuando vi a un grupo de chavales de unos 10 años de edad jugando al fútbol. Uno de ellos chutó el balón que dio en el tronco de uno de los árboles que hacía de portería; el balón salió rebotado, pero el chaval corrió hacia el tronco del árbol y puso su mano derecha sobre el lugar donde había impactado el balón, acto seguido, exclamó "¡Hostia, la cámara! Ha sido gol". Se refería al VAR (Video assistant referee) entre 36 y 40 cámaras que filman ese patio carcelario que es un campo de fútbol. El Gran Hermano lo ve todo.

Cuando yo jugaba al fútbol hace cincuenta años (con la misma edad que esos chavales) en un campo de tierra y con dos piedras para marcar la portería, si el balón golpeaba el lado interior de la piedra y salía rebotado hacia fuera, las exclamaciones eran de este tenor: el que había chutado el balón gritaba "¡Goooool!" mientras los defensas y el portero decíamos a coro "¡Ha salido, no ha sido gol!" No podíamos imaginar que medio siglo después unos chavales reclamarían la revisión del VAR en unos jardines.

Me parece que voy a buscar un BAR para tomarme unas birras, a poder ser, uno que no tenga un cartelito que diga: "Esta zona está vigilada las 24 horas del día".

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