jueves, 24 de mayo de 2018

De una frase shakesperiana a otra del entorno de Trump

Shakespeare puso esta frase en boca de Hamlet. "...there is nothing either good or bad but thinking makes it so". (...nada hay bueno ni malo si el pensamiento no lo hace tal.) Hamlet II.2. Pienso que es una visión capciosa (en su interpretación más habitual) que justifica tanto las bondades como las atrocidades cometidas a lo largo de la Historia. Sofismas tan deleznables como éste son los que propician que se encumbre a personajes históricos cuyo comportamiento fue ominoso.

En el contexto en el que Hamlet dice esta frase, su intención es dar a entender al lector/a o espectador/a de la obra de teatro que todo depende de la percepción que tenga cada persona ante una determinada situación, sin embargo, el modo en que se interpreta esta frase, sobre todo desde la posmodernidad, es el de que no existen ni la responsabilidad humana ni los juicios morales. Se suele alegar que la interpretación del bien y el mal sólo se puede hacer desde la apreciación subjetiva de cada persona. Como cuando Kellyame Conway, la consejera de Donald Trump, en enero de 2017, se refirió a las declaraciones del secretario de prensa de Trump. El moderador de la televisión NBC, Chuck Tood, le había dicho a Conway que aquellas declaraciones eran "falsedades" y lo había argumentado con pruebas. La consejera de Trump le dijo: "Sean Spicer, our press secretary, gave alternative facts to that". (Sean Spicer, nuestro secretario de prensa, aportó hechos alternativos a eso.) A lo que Chuck Tood le contestó: "Alternative facts are not facts. They are falsehoods". (Los hechos alternativos no son hechos, son falsedades.)

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