Portada de la primera edición de Über das Geistige in der Kunst, libro editado por R. Piper & Co. Imprenta: M. Müller und Sohn, Munich, en 1911.
Este libro, De lo espiritual en el arte, lo leí por primera vez en enero de 1984; desde entonces ha sido un vademécum que me ha acompañado en mi carrera artística.
Hay quien considera que este libro es un "clásico" de las vanguardias históricas; yo discrepo de esa opinión, sobre todo, en esta acepción de la palabra "clásico": Que no se aparta de lo tradicional, de las reglas establecidas por la costumbre y el uso. Si algo he descubierto en este libro, en los últimos 37 años, ha sido lo más antitradicional que he leído en materia de estética.
Traigo dos extractos de este libro que me parecen paradigmáticos. El primero dice así:
"Das unvermeidliche Sichhausdrückenwollen des Objektiven ist die Kraft, die hier als innere Notwendigkeit bezeichnet wird und die aus dem Subjektiven heute eine allgemeine Form braucht und morgen eine andere". (Las palabras en cursiva están en el original alemán)
(La ineludible voluntad de expresión de lo objetivo es la fuerza que aquí llamamos necesidad interior y que hoy pide una forma general de lo subjetivo y mañana otra.)
En este segundo extracto, Kandinsky hace esta recomendación a el/la artista en general:
"Blind gegen "anerkannte" oder "unanerkannte" Form, taub gegen Lehren und Wünsche der Zeit soll der Künstler sein.
Sein offenes Auge soll auf sein inneres Leben gerichtet werden una sein Ohr soll dem Munde der inneren Notwendigkeit stets zugewendet sein. Dann wird er zu jedem erlaubten Mittel und ebenso leicht zu jedem verbotenen Mittel greifen".
(El artista debe ser ciego a las formas "reconocidas" o "no reconocidas", sordo a las enseñanzas y los deseos de su tiempo. Sus ojos abiertos deben mirar hacia su vida interior y su oído prestar atención a la necesidad interior. Entonces sabrá utilizar con la misma facilidad los medios permitidos y los prohibidos).
Esos "medios prohibidos", 22 años después de haberse publicado la primera edición de este libro, fueron lo que los nazis llamaron: Spiegelbilder des Verfalls in der Kunst (Reflejos de la decadencia en el arte) en una exposición en Dresde, 1933. Y cuatro años después, en la históricamente más conocida exposición en Munich, 1937, con el título Entartete Kunst (Arte degenerado) en la que estaba incluida la obra Zweierlei Rot, (Dos clases de rojo) 1916, de Vasili Kandinsky.
Tal y como Belén Gopegui decía en un artículo titulado El otro lado de este mundo, 1995: "Los libros que hemos leído están también puestos en nosotros, en nuestras acciones, en nuestro proceder, en ese nombre real que hay detrás de nuestro nombre".
No hay comentarios:
Publicar un comentario