29 de julio de 2003
El proyecto que Jorge Oteiza pretendió llevar a cabo en la Escuela Experimental de Arte Contemporáneo (Elorrio, 1964) fue y es cuestionable, ya que la supuesta libertad de creación que les daba a los/as niños/as era abortada desde el momento en que se les enseñaba, "educaba" y adoctrinaba (en palabras de Oteiza se trataba de "crear un hombre nuevo a través de un niño nuevo") con una cosmogonía y una "estética del alma vasca" que fue imaginada por Oteiza y que no era ni mejor ni peor que otras especulaciones que se han hecho sobre la prehistoria, pero adolecía de totalitarismo al promover una identidad vasca inamovible e indiscutible (según él procedente del neolítico vasco y recuperable) que se basaba en un pasado ignoto. Además, Oteiza no tuvo en cuenta que el pensamiento abstracto dista mucho de ser permanente e idéntico a través de los milenios.
El País Vasco ha sido interpretado desde hace muchos siglos hasta hoy, y esas interpretaciones han sido delirantes, erróneas, acertadas, contrastadas, diferentes y dinámicas, pero nunca similares e inalterables, por lo tanto, no está bien enseñar esa "Historia" construida a imagen y semejanza de un pasado falsamente trovato, como hicieron Astarloa en el siglo XVIII, Chaho y Arana en el XIX y Oteiza en el XX.
El País Vasco ha sido interpretado desde hace muchos siglos hasta hoy, y esas interpretaciones han sido delirantes, erróneas, acertadas, contrastadas, diferentes y dinámicas, pero nunca similares e inalterables, por lo tanto, no está bien enseñar esa "Historia" construida a imagen y semejanza de un pasado falsamente trovato, como hicieron Astarloa en el siglo XVIII, Chaho y Arana en el XIX y Oteiza en el XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario