¿Por qué empecé a fechar mis obras con el año 2767 el día 2 de noviembre de 1999? Este tiempo subjetivo procede de la inscripción que vi anteayer en un manantial de la aldea Uriondo (Vizcaya). Sobre el caño de hierro de ese manantial hay una piedra caliza cuya parte inferior fue tallada en forma de prisma cuadrangular, y la parte superior fue cincelada en forma esférica. En la cara del prisma que está sobre el caño se puede leer el año: 1767. Lo grabé con un temnotipo. Para mí aquel año fue el principio de un tiempo, decidí que mil años después de que aquel cantero lo tallara sobre la piedra sería el año que "equivaldría" a este año 1999: una nota temporal a contratiempo que está entre el siglo XVIII y el XXVIII. Este tiempo es tan arbitrario como cualquiera de los calendarios que rigen las diversas culturas. El tiempo en el que estoy ahora, si tomara como referencia el calendario gregoriano, sería el tiempo de un futuro lejano, pero no un "futuro sucedido".
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