Es tan ridículo/trágico ver a un militante de VOX enarbolando una bandera con la cruz de Borgoña como lo fue, en 1920, ver a un soldado alemán ondeando la bandera del Segundo Reich, con el águila en el centro de la cruz, durante el golpe de Estado de Kapp, Las consecuencias trágicas de estas ridiculeces ya las conocemos. Aquí se invierte el orden de la famosa frase de Karl Marx, pues, si bien es cierto que la historia se suele repetir dos veces, esta vez lo hace: la primera como una gran farsa y la segunda como tragedia.
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