El lingüista Koldo Mitxelena pensó que la sobredeclinación -tikan contiene el sufijo ablativo -ti(k) con la adición del sufijo adverbial -ka. En mi opinión, se equivocó, pues la declinación del ablativo -ti(k) necesita un aditamento con valor espacial y temporal, es decir, la declinación del caso inesivo -an, sólo así el/la hablante caracteriza, por un lado, el espacio: (hemendikan= por aquí, etxetikan= desde casa); y, por otro lado, el tiempo: (oraindikan= todavía, oraintxe bertan= ahora mismo, geroztikan= a partir de entonces). Sin embargo, en el euskera batua el sufijo -an ha sido suprimido en estos casos (utilizándose hemendik, oraindik y geroztik). Hacer un análisis comparado del euskera con otros idiomas, dando prioridad a la gramática normativa de la lengua con la que se compara, lleva a este tipo de prejuicios, Por lo tanto, considerar superfluo en este caso el sufijo -an cuando va adherido al sufijo -tik, por el hecho de que solo es utilizado por el dialecto alto-navarro septentrional, no me parece pertinente. Se podía haber mantenido este caso de sobredeclinación en el euskera batua, de igual modo que se optó por los dialectos guipuzcoano y navarro para el euskera unificado. En mi opinión, un idioma no se debe basar en la tradición, ni en las estadísticas de uso de una determinada forma gramatical, sino en la epistemología, sea esta antigua, moderna o neologista.
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