El 30 de diciembre de 1929 el crítico y grabador italiano Mino Maccari publicaba esta xilografía suya en la revista bimensual Il Selvaggio. Maccari en esta xilográfía imaginó unos paisajes en el que el strapaese (superpaís) y la stracittà (superciudad) aparecen diametralmente opuestos.
En el lado derecho de la xilografía está representada la stracittà con una arquitectura racionalista que resulta hostil para la infancia y para sus habitantes cosmopolitas. Se puede ver a F. T. Marinetti luciendo el uniforme de la Reale Accademia d'Italia. Por otro lado, están el escritor Massimo Bontempelli y el crítico Ugo Ojetti con su monóculo en un automóvil Fiat 509 que ha chocado contra un roble. Maccari contrapone el símbolo del roble strapaese como vencedor frente a la tecnología del automóvil.
En el lado izquierdo de la xilografía está representado el strapaese por el que pasean mujeres encinta y niños que juegan con aros en un paisaje idílico. Entre estos dos paisajes hay un espacio neutral: un río en el que navegan sin rumbo barcas con gente indecisa ante los dos paisajes.
El movimiento strapaese (superpaís) consideraba la región como sinécdoque de la nación, y al pueblo como custodio de la tradición nacional. De hecho, palabras europeas como Heimat, paese, pays, country, país, països, herri tienen un doble significado y un solo concepto; por un lado, la patria regional, y por el otro, la patria nacional, es decir, la santísima dualidad: un solo nacionalismo verdadero.
En la década de los años 20 Maccari dijo: "I fascisti si dividono in due categorie: i fascisti propiamente detti e gli antifascisti". No en vano la historiadora italiana Giulia Veronesi calificó a Maccari como un antifascista vestido de orbace (tejido de lana procedente de Cerdeña con el que se confeccionaban los uniformes fascistas).
Casi cien años después, los fascistas de ahora se proclaman antifascistas, y los racistas de Alt-right dicen que no son racistas, pues según ellos, su único anhelo es la preservación de la identidad WASP, para lo cual necesitan hacer una "limpieza étnica pacífica", véase segregación racial.
Hoy, 9 de mayo de 2019, Pablo Casado ha hecho estas declaraciones: "Hay que vigilar frente a los viejos enemigos de la libertad: el populismo y el nacionalismo, esos fantasmas del siglo XX reconvertidos y remasterizados en el siglo XXI, para dar lugar a nacionalismos que ya no son nacionales, sino regionales; y a populismos que no son decimonónicos, sino que ahora van de nueva política digital".
Pablo Casado con esta declaración retrata a su partido político como enemigo de la libertad, pues esos fantasmas del siglo XX a los que se refiere son consustanciales al PP de igual modo que a otros partidos nacionalistas, además, fracasa en el intento de diferenciar entre nacionalismos regionales y nacionales, ya que a los nacionalismos les es indiferente los adjetivos que les pongan. La característica principal de todos ellos es la exclusión de aquellos a los que no reconocen como "los nuestros", independientemente de los km2 que tenga el paraje al que llaman nación.
En el lado izquierdo de la xilografía está representado el strapaese por el que pasean mujeres encinta y niños que juegan con aros en un paisaje idílico. Entre estos dos paisajes hay un espacio neutral: un río en el que navegan sin rumbo barcas con gente indecisa ante los dos paisajes.
El movimiento strapaese (superpaís) consideraba la región como sinécdoque de la nación, y al pueblo como custodio de la tradición nacional. De hecho, palabras europeas como Heimat, paese, pays, country, país, països, herri tienen un doble significado y un solo concepto; por un lado, la patria regional, y por el otro, la patria nacional, es decir, la santísima dualidad: un solo nacionalismo verdadero.
En la década de los años 20 Maccari dijo: "I fascisti si dividono in due categorie: i fascisti propiamente detti e gli antifascisti". No en vano la historiadora italiana Giulia Veronesi calificó a Maccari como un antifascista vestido de orbace (tejido de lana procedente de Cerdeña con el que se confeccionaban los uniformes fascistas).
Casi cien años después, los fascistas de ahora se proclaman antifascistas, y los racistas de Alt-right dicen que no son racistas, pues según ellos, su único anhelo es la preservación de la identidad WASP, para lo cual necesitan hacer una "limpieza étnica pacífica", véase segregación racial.
Hoy, 9 de mayo de 2019, Pablo Casado ha hecho estas declaraciones: "Hay que vigilar frente a los viejos enemigos de la libertad: el populismo y el nacionalismo, esos fantasmas del siglo XX reconvertidos y remasterizados en el siglo XXI, para dar lugar a nacionalismos que ya no son nacionales, sino regionales; y a populismos que no son decimonónicos, sino que ahora van de nueva política digital".
Pablo Casado con esta declaración retrata a su partido político como enemigo de la libertad, pues esos fantasmas del siglo XX a los que se refiere son consustanciales al PP de igual modo que a otros partidos nacionalistas, además, fracasa en el intento de diferenciar entre nacionalismos regionales y nacionales, ya que a los nacionalismos les es indiferente los adjetivos que les pongan. La característica principal de todos ellos es la exclusión de aquellos a los que no reconocen como "los nuestros", independientemente de los km2 que tenga el paraje al que llaman nación.
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