4 de enero de 2001
Veintiuno de abril de 1990. Aquella mañana un guía del British Council de Oxford nos iba a enseñar las interioridades de varios colleges de la Universidad: All Souls', Brasenose, Lincoln, Christ Church, Merton y Magdalen (era una visita no apta para turistas) repentinamente, (no recuerdo cómo) surgió el tema de la guerra de Vietnam. Le di mi opinión a aquel guía oxeniense sobre aquella insidiosa guerra con esta frase corta: "It wasn't worth dying in that war." (No mereció la pena morir en esa guerra). Después de decirlo, pude observar su semblante ofuscado y teñido de una mezcla entre ira y desprecio. Comprendí rápidamente lo inadecuado de haber dicho aquella frase. Por otro lado, me pareció aleccionadora la reacción patética de aquel oxeniense. La consternación que pasó por su mente no salió por su boca.
Veintiuno de abril de 1990. Aquella mañana un guía del British Council de Oxford nos iba a enseñar las interioridades de varios colleges de la Universidad: All Souls', Brasenose, Lincoln, Christ Church, Merton y Magdalen (era una visita no apta para turistas) repentinamente, (no recuerdo cómo) surgió el tema de la guerra de Vietnam. Le di mi opinión a aquel guía oxeniense sobre aquella insidiosa guerra con esta frase corta: "It wasn't worth dying in that war." (No mereció la pena morir en esa guerra). Después de decirlo, pude observar su semblante ofuscado y teñido de una mezcla entre ira y desprecio. Comprendí rápidamente lo inadecuado de haber dicho aquella frase. Por otro lado, me pareció aleccionadora la reacción patética de aquel oxeniense. La consternación que pasó por su mente no salió por su boca.
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