miércoles, 23 de diciembre de 2015

El poeta se hizo materia y habitó entre el vacío

El gesto de la mano hecho signo
© Ilkhi, 2015

"Vacío de la palabra: matriz-materia"
José Ángel Valente


Quiero recomendar la lectura del libro Elogio del Calígrafo de José Ángel Valente (1929 - 2000). Cuando Valente escribía los ensayos sobre arte de los que se compone este libro, estaba haciendo un elogio del VACÍO (el mismo que lo "llena" todo) y que muchos/as escultores/as, pintores/as, fotógrafos/as, calígrafos/as, músicos/as y poetas sentimos con una acuidad extrema cuando realizamos nuestras obras.

Valente, en este libro, confiesa la impresión (él la califica de "relación carnal") que le produjo en su infancia el descubrimiento de la caligrafía/escritura: cuando observaba a su padre calígrafo deslizar el plumín casi ingrávidamente sobre el papel blanco.

Al leer los diversos ensayos he sentido cómo matriz y materia se funden en un VACÍO esencial, del mismo modo que lo hacen los tipos móviles de tipografía desde hace más de 500 años en Europa. Un punzón genera la matriz, y el vacío de ésta, a su vez, es el lugar donde se aloja la aleación de hierro, plomo y antimonio: la materia hecha signo. Si nos vamos al lejano oriente, podemos verlo en el templo Ryoan-ji de Kioto, donde las piedras de su jardín son iluminadas por el VACÍO, siendo éste punzón y matriz al mismo tiempo.

También he percibido el modo de sentir de Valente, pues me parece que está escrito con las púas de un plumín que surcan y siembran el papel y las mentes con su tinta, cual alas del alma, para fotografiar "escribir con luz", pero sin cámara, a plena luz y sombra, todo aquello que nos hace vibrar estéticamente. 


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