El pasado 3 de abril, a Jaime Martín Martín, licenciado en Filología Románica por la Complutense, le hicieron una entrevista en Radio Bilbao en la que afirmaba haber descubierto el origen del euskera y su procedencia de la lengua dogón.
Durante la entrevista Jaime Martín dice que la palabra vasca "egundoko" (él la traduce al castellano como "grande") tiene su paralelo en la palabra dogón "gonon dugu". Esto demuestra que este señor no sabe que el significado de la palabra "egundoko" en la acepción de "enorme, formidable" data de finales del siglo XIX, ya que hasta entonces su significado era exclusivamente temporal: "egundo" en contextos negativos significa "nunca" y en contextos positivos "hasta el día de hoy". Lo primero que tenía que investigar es la raíz "egun" (día) y ver si tiene algún paralelismo en la lengua dogón. No creo que los antepasados de los dogones hayan colonizado la península ibérica hace poco más de cien años para enseñarnos a decir "egundoko" con el significado "grande". Por cierto, en euskera, "grande" se dice "handi" en todos los dialectos. Tener en cuenta la diacronía es muy importante en cualquier investigación lingüística. Por otro lado, descuida el valor semántico del lexema y el morfema de esta palabra y sus características en un código lingüístico culturalmente conectado.
También dice que la palabra vasca "zuhail" significa "amarillo" cuando su verdadero significado es "blanquecino", de hecho, acompaña a otros adjetivos de color con el significado de "claro" v.g. "urdin zuhail" "azul claro". En euskera tenemos tres palabras para el color amarillo: "hori","beilegi" y "laru", esta última del latín (clarus).
Más adelante cita la palabra vasca "ezpaldu" y la traduce como "cortar" cuando su traducción al castellano es "astillar". Ningún euskaldun utilizaría la palabra "ezpaldu" (verbo derivado del sustantivo "ezpal" (astilla), si lo que quiere decir es "cortar", pues tenemos la palabra "ebaki" (cortar) que es común a todos los dialectos.
En cuanto al parecido de la estructura de la lengua dogón con el euskera, no es un dato irrefutable, pues hay más de 50 lenguas en distintas latitudes del planeta que tienen la misma estructura Sujeto/Objeto/Verbo y no las convierte en originarias del euskera.
Acaba diciendo que las declinaciones del euskera "se mantienen por contacto con el latín". Esta es la mayor majadería que he escuchado respecto al euskera desde que Larramendi, en su libro El Imposible Vencido, quiso meter con calzador los casos del latín en el euskera. Es tan absurdo como pretender que los ocho casos del sánscrito se mantienen por su contacto con el latín. Por otro lado, la declinación indefinida del euskera no existe en latín, y las declinaciones de género no existen en euskera.
Queda mucho por investigar del euskera. Una lengua tan antigua como cualquier otra de las lenguas naturales del planeta, pues nadie se acostó hablando íbero y se levanto hablando latín. Pero no me parece que lo más importante sea buscar su origen, después de todo, tanto las teorías de unos como las de otros siempre serán refutables.