Cabeza de escultura Mumuye (Nigeria)
© Ilkhi, 2011
Siete años y la meseta castellana median entre el destino de este escrito y el dibujo con el que lo ilustro. Las esculturas Mumuye eran utilizadas en actos ceremoniales por los sacerdotes "hacedores de lluvia".
El verano de 2004 escribí esta reflexión después de leer un artículo sobre una exposición de arte contemporáneo africano en Düsseldorf. La crítica de arte, Sandra Ellegiers, decía así en su artículo: "África ha dejado de ser exótica. La exposición de arte contemporáneo África Remix se propone acabar con los estereotipos que sobre este continente perviven desde la época colonial [...] demuestran que el arte de un continente marginado por los centros del mundo occidental se basa en conceptos artísticos universales". Se olvida que eso que ella denomina "centros del mundo occidental" (veáse antiguos países colonialistas) no hacen otra cosa, contemporáneamente, que imponer sus "NUEVOS" estereotipos (incluso en esta exposición) pensamiento único aceptado por la periferia (salvo excepciones) sin ningún tipo de cuestionamiento. Más adelante, dice que en esta exposición "se ironiza sobre su etnicidad"; lo cual me parece tan patético y absurdo como sería ironizar sobre el suicidio cultural que llevan practicando los africanos desde hace más de cien años. Por otro lado, me pregunto ¿Qué considera ella que es el arte africano que se basa en conceptos artísticos universales? ¿Acaso hacer esculturas Mumuye (originarias de Nigeria) no forma parte de los conceptos artísticos universales y, por el contrario, hacer una instalación o practicar el posconceptualismo ya decadente del mundo occidental, sí forma parte de esos conceptos artísticos universales tan manidos?
En esta exposición el artista angoleño, Fernando Alvim, escribe sobre un telón blanco "We are all post exotics" y a su lado hay un espejo, le pediría (ya que llama a la reflexión con esta obra) que pensara, pues la frase/persona que se refleja en el espejo podría ser esta "We are nobody". Su supuesta crítica al término "exótico" se vuelve como un búmeran.
Por último, David Elliot, director del Mori Art Museum de Tokio, declara: "Se trata de distanciarse de esa idea de África como pobre, enferma, hambrienta, violenta que servía para justificar la política colonial." Al señor Elliot le diría que la pobreza, enfermedad, hambruna y violencia en África no fueron ni son la causa para justificar la política colonial, por el contrario, era, es y será el efecto (si no hacemos nada por cambiarlo), consecuencia de la colonización/poscolonización de esos países. La poscolonización es más sutil, pero no menos destructiva.
Si lo que pretenden con esta exposición es denunciar la decadencia cultural del continente africano, les advierto que llegan bastante tarde, pues un documental de Chris Marker y Alain Resnais titulado Las Estatuas También Mueren, realizada en 1953, y prohibido por la censura francesa durante más de diez años, levanta acta de semejante decadencia.
En mi opinión, las últimas palabras en arte aún no han sido dichas. Dejémonos de ironías históricas y tratemos de evitar ese poscolonialismo que se perpetúa en el mundo, pues los que creen en lo "exótico" como objeto decorativo son irrecuperables.