El vascuence se habla tan poco en Bilbao que en 2022 el ayuntamiento del PNV movilizó al respecto al llamado Soziolinguistika klusterra (nótese la ridícula adaptación para no decir Cluster sociolingüístico).
Se ha pasado de befarse de los neologismos vascos creados a finales del siglo XIX y principios del XX a burlarse ahora de la adaptación al euskera de conceptos de origen latino que en el ámbito internacional han sido aceptados por diversos países de nuestro entorno, aunque sus idiomas no tienen origen latino. Por ejemplo, más del 90 % del vocabulario científico y tecnológico de idiomas como el inglés, el alemán y el finés procede del latín. Sin embargo, a los ciudadanos de estos países no les parece ridículo el uso de esas palabras por su procedencia latina. En inglés se dice Sociolinguistic cluster; en alemán Soziolinguistiques Cluster, y en finés Sosiolingvistinen ryhmä.
El euskera no necesita apologistas como Sabino Arana y sus adláteres que abogaban por un supremacismo vasco, pero tampoco detractores como Miguel de Unamuno y sus seguidores que aún hoy aplauden el discurso que dio hace 123 años en el teatro Arriaga. Este era el futuro que Unamuno auguraba para el euskera en 1901.
En el milenario éusquera no cabe el pensamiento moderno; Bilbao hablando vascuence, es un contrasentido. Enterrémosle santamente, con dignos funerales, embalsamado en ciencia, leguemos a los estudios tan interesante reliquia.
Con qué clarividencia mostró Mikel Zarate en 1975 las consecuencias nefastas de ese futuro presagiado por Unamuno y que afortunadamente no ha sucedido. Lo hizo en la fábula titulada Idatz eta Mintz (Escritura y Oralidad) en su libro Ipuin antzeko alegi mingotzak (Fábulas amargas a modo de cuento). He aquí las últimas líneas de esta fábula y su traducción.
Lurperatu egin eben Mintz Ekidazuko ilerrian. Idatz, ostera, museo batetara eroan eben, eta ango bitrina eder baten sartu. Eta Erranbideren adizkideak auxe idatzi eben bitrinaren barrenean urrezko letraz.
"IZANAREN IZANGOKOAREN IZANA"
Erranbide mututu egin zan, ta gaixotu, ta il andik lasterrera.
Izadiaren orfeoi nabermena ere mututu egin zan.
Enterraron a la Oralidad en el cementerio del País Vasco. Por el contrario, a la Escritura la llevaron a un museo, y allí la metieron en una hermosa vitrina. Y los amigos de la Conversación escribieron esto en el interior de la vitrina con letras de oro:
"EL SER DEL FUTURO DEL SER"
La Conversación enmudeció, enfermó y pronto murió. El notable orfeón de la naturaleza también enmudeció.
Desgraciadamente, la euskerafobia y, en general, el desprecio a los idiomas minoritarios persiste a través de los siglos.